Tijuana es el paso fronterizo más transitado del mundo, un vasto y
fértil territorio que se debate a diario entre ser una de las ciudades más
transculturales de América Latina y su afán por no perder
su carácter nacional encapsulado. Desdibujamiento de fronteras y búsquedas
identitarias son los caminos cruzados que surcan el trabajo fotográfico de Yvonne Venegas, criada en Tijuana.
La fotografía y
especialmente el retrato son, para Venegas, su forma de expresión y de investigación. “Me interesa conocer lo que hay en
el mundo pero también ahondar en personas específicas. Considero que son un
espejo en el que puedo reflejarme y construir mi propia identidad. Las
experiencias que marcaron mi infancia, principalmente crecer en la frontera de
Tijuana, tener una hermana gemela idéntica y un padre fotógrafo de sociales,
han atravesado siempre mi relación con la fotografía”.
De qué manera?
Supongo
que crecer en un estudio fotográfico fue aquello que específicamente estableció
el objeto de mi interés en mis inicios: la clase alta y la problematización del
retrato. Vivir en una ciudad fronteriza
me obligó a entrar en contacto diariamente con el contraste extremo y a reconocer
el lado mexicano en un estado de permanente proceso de transición y
vulnerabilidad. Y por último, ser gemela
idéntica me llevó a ser reconocida como la parte de un par y a perder gran
parte de mi identidad. En la fotografía encontré finalmente un espacio que me
pertenece y mi desafío es descubrir un lenguaje absolutamente propio con el que
diferenciarme.
La güera y Nirvana, 2006 |
Cuándo y
cómo empezó esta búsqueda?
Alrededor
del año 1994 hice una serie que llamé Retratos desde Tijuana. Con ese trabajo
descubrí lo hermoso que era captar aquello que siempre me enseñaron que no
estaba bien. Tuve la oportunidad de encontrar aquel espacio entre el momento
terminado o perfecto y ese que yo hasta ese momento consideraba un error. Desde
entonces he seguido trabajando desde ese lugar, pues creo que eso representa
algo de lo que somos: seres frágiles e impredecibles. La realidad es mejor de
lo que yo podría tratar de inventar.
Nunca será más joven que este día
Nunca será más joven que este día
Su primera retrospectiva, Nunca será más joven que este día, en 2012, presentó en el Museo Carrillo Gil
de la Ciudad de México los seis proyectos fotográficos que tenía en ese entonces. Cabal
muestra de los intereses de la artista, su obra problematiza la mediatización
del contacto. Comunicar o conocer el entorno a través de algún dispositivo
ajeno al propio cuerpo, la persistencia de lo producido para generaciones futuras
y para nosotros mismos y una aparente autonomía del que produce con respecto a
su objeto, son las características diferenciales de la mediatización y el
anclaje conceptual de la obra de Venegas.
El medio, entendido como un concepto sociológico más que tecnológico,
conjunto de un soporte y un grupo de prácticas de uso, es aquello que la
artista evidencia y reclama en cada toma.
Cómo
surgió el proyecto de tu primera muestra retrospectiva?
Fue una
invitación de la curadora Ruth Estévez. Bajo su sugerencia invitamos a una de
las personas que más admiro como curador e historiador, Alfonso Morales. Entre los
tres revisitamos los trabajos anteriores, y con él surgió la idea de remarcar
la relación de mi trabajo con el retrato. Reencontrarme con mis primeros
trabajos y series acabadas fue una experiencia increíble que me permitió
reconocer cosas muy valiosas, por un lado que todo aquello que había hecho
hasta entonces sí tenía un sentido y por otro lado la fuerte impronta de la
herencia de mi padre en mi obra.
Debutantes, 2003 |
En la
muestra, destacan entre las demás, las series María Elvia de Hank, ganadora
del prestigioso premio Magnum Expression
Photography Award 2010, e Inédito. En ambas, la artista busca
representar el instante genuino dentro
de la pose, la persona detrás del personaje mitificado mediáticamente. Tanto si el objeto es mostrar la familia y
especialmente la esposa de un reconocido político o bien el detrás de escena de
la gira de un grupo de música surgido de una tira televisiva (Rebelde), la
fotógrafa franquea los acabados pulidos hasta hallar lo más cercano a una representación
ontológica de sus personajes. Convivir con ellos, lo que haga falta para llegar
a penetrar los procesos de selección a través de los cuales son construidos, es
el centro de la búsqueda de estos trabajos.
Volver a las raíces
En una
vuelta a los intereses de sus primero trabajos, la serie Gestus,
recientemente acabada, retoma la
fotografía como aquel medio a través del cual construir la imagen personal con
la que queremos que nos recuerden. Los
retratos fueron realizados en sesiones de trabajo de otros fotógrafos o bien a
personas anónimas convocadas por la artista mediante anuncios. El objetivo
vuelve a ser documentar el comportamiento de la gente frente a las cámaras para
encontrar su fisura, ese gesto que delate su imperfección.
Publicado en la edición 71 de la revista Arte al Limite. Mirá la versión digital acá
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